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La transición perpetua de Rita Indiana

Jul 01, 2023Jul 01, 2023

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Con su nuevo espectáculo, “Tu nombre verdadero”, Indiana explora el peso que tiene el nombre de un artista al morir.

Por Isabelia Herrera

NUEVA YORK — “En lo que tú sácate un coro yo escribí cinco novelas”.

Este es el tipo de ataque que solo Rita Indiana podría desplegar en una canción. La letra —que aparece en “Como un dragón”, el sencillo principal del último álbum de la música y escritora, Mandinga Times, de 2020— resume la abundancia interdisciplinar que ha cultivado en los últimos 20 años. También hace gala de un tipo de realismo caribeño zalamero que mora en los personajes que habitan su mundo.

Un viernes por la tarde reciente, Indiana correteaba por el Centro Cultural y Educativo Clemente Soto Vélez, en el Lower East Side de Manhattan, mientras posaba para fotografías y trabajaba en la decoración del escenario con un ayudante. Indiana y su esposa, la cineasta puertorriqueña Noelia Quintero Herencia, le estaban dando los últimos retoques a un espectáculo multimedia llamado Tu nombre verdadero, el cual se estrena el viernes en el Teatro Flamboyán del Clemente Soto Vélez.

Indiana, quien luce un enorme tatuaje de un búfalo americano en la mano derecha, suspiró mientras hacía una pausa para descansar en una banca. Unos mechones grises brotaban de su cabello estilo pixie despeinado. “Soy la abuela punk”, dijo riendo. Ciertamente, no es la típica abuela.

En las dos últimas décadas, esta artista dominicana de 45 años se ha convertido en una de las principales agitadoras culturales del Caribe. El repertorio de Indiana desestabiliza normas culturales profundamente arraigadas: no teme escribir escenas de sexo queer en sus premiados libros ni condenar a los políticos corruptos en sus canciones que rompen géneros. En 2010, ella y su banda Los Misterios sacaron El juidero, un disco feroz sobre la añoranza de la diáspora y la identidad dominicana que desmenuzaba estilos como el merengue, el rock y el folclore afrodominicano.

Las primeras piezas de Indiana eran casi documentales, en las que exploraba las alegrías y contradicciones cotidianas de la vida caribeña. En los últimos años, se ha adentrado en universos más extravagantes y fantásticos. Para Mandinga Times, que fue nominado a un premio Grammy Latino, desarrolló un alter ego demoniaco no binario destinado a simbolizar todo tipo de cuerpos marginados.

Su novela de 2015, La mucama de Ominculé, un relato distópico ambientado en Santo Domingo, cuenta la historia de una protagonista transexual que viaja en el tiempo a través de una anémona marina divina para salvar al mundo de una catástrofe nuclear. Los académicos alaban el estilo aglutinador de Indiana, sobre todo la manera en que integra el futurismo tropical, la poética queer y el dinamismo del habla dominicana para imaginar las posibilidades liberadoras del presente. El reconocimiento la ha convertido en una superestrella literaria; en la actualidad es directora en funciones del programa de Maestría en Bellas Artes de Escritura Creativa en Español de la Universidad de Nueva York.

En el Clemente Soto Vélez, Quintero Herencia, quien diseñó los decorados de Tu nombre verdadero, tallaba dedos de arcilla individuales mientras Indiana rastreaba el proceso creativo detrás del espectáculo. Este show presentó su primera música nueva desde Mandinga Times, el LP que terminó con una pausa de 10 años durante los cuales se centró en escribir. También es la primera pieza de Indiana como residente de Nueva York. (La pareja vivió 14 años en Puerto Rico).

La historia no lineal del espectáculo sumerge a la audiencia en experiencias de muerte y enfermedad, particularmente en lo que se refiere a los artistas. Indiana afirmó que explora el peso que tiene el nombre de un artista cuando muere. Citó al fotógrafo, pintor y activista contra el sida David Wojnarowicz; al pintor Jean-Michel Basquiat, y al poeta y dramaturgo español Federico García Lorca como algunas de las figuras que marcaron el espíritu de este performance. La propia Indiana usa una versión abreviada de su nombre de nacimiento (Rita Indiana Hernández Sánchez), y dijo que lo eligió no para anglicanizar su identidad, sino porque sentía que Indiana era más interesante.

La teatralidad de Tu nombre verdadero se inspira en los años de adolescencia que Indiana pasó en el grupo de teatro independiente dominicano Teatro Guloya, donde estudió junto a los actores visionarios Claudio Rivera y Viena González. Quintero Herencia ha trabajado como directora, diseñadora de atrezo y escenógrafa en la mayoría de las películas y videos musicales de Indiana, y dijo que la obra cuenta con proyecciones visuales oníricas. Tu nombre verdadero es el “destino inevitable de nuestras prácticas”, añadió Indiana.

Mientras conceptualizaban el espectáculo, encargado por la Americas Society, la pareja navegó por una ola de muerte, tanto personal como colectiva. Lloraron a los millones de víctimas de la pandemia, así como a amigos cercanos, familiares y músicos queridos, como la madre de Quintero Herencia, el pintor dominicano Jorge Pineda y el icono del merengue Johnny Ventura. En parte, el performance es una manera de guiar a “los fantasmas” a un lugar mejor y procesar nuestros recuerdos de ellos, señaló Indiana.

La larga fascinación de la pareja por la muerte y las energías ancestrales ya ha aflorado en sus trabajos anteriores. “Nunca separo mi arte de mi mundo espiritual y del mundo de mis antepasados”, dijo Quintero Herencia. “No importa si es una película, un documental o un dibujo. Siempre hay un canal que abro que sé que está conectado con el mundo ancestral”. Indiana, cuyo padre falleció de manera violenta cuando ella tenía unos 12 años, explicó que la muerte la ha intrigado desde que tiene uso de razón. A menudo se pregunta cómo un cuerpo “con el que amamos, guerreamos, trabajamos, entendemos, lloramos, de repente es nada”.

Es un tema que también surge de las heridas coloniales del Caribe. La isla de La Española, donde se encuentran Haití y la República Dominicana, fue la primera colonia del Nuevo Mundo en la que se asentó España en 1493. Indiana afirma que la región aún se enfrenta a su sórdido pasado —la masacre de los nativos taínos, la cruel violencia del comercio de esclavos en el Atlántico— y a todos los conocimientos y tradiciones culturales que fueron aniquilados en el proceso. “El colonialismo es una máquina de crear muertos”, aseguró Indiana. “Y nosotros somos parte de eso, de todo ese dolor”, dijo, y de “esa fábrica de huesos”.

Indiana recurrió a un grupo reducido de músicos para el espectáculo, entre ellos el compositor y colaborador habitual Luis Amed Irizarry, quien arregló el cancionero para piano y batería. Efraín Martínez, baterista que ha ido de gira con la ídolo del merengue Olga Tañón y ha grabado con el grupo de reggae Cultura Profética, también se unió a la formación.

Indiana describió las composiciones como “minimalistas”, muy alejadas de las estructuras convencionales de la música popular. Es “un lenguaje más poético, más absurdo”, dijo. “Las referencias son como de mi infancia primera, música que escuché bien pequeña”. La artista recordó la influencia de su tía abuela Ivonne Haza, soprano condecorada, quien fue profesora de canto de algunos de los cantantes más famosos de la República Dominicana, como Fernandito Villalona y Sonia Silvestre. Haza daba clases en casa de los abuelos de Indiana, donde vivió Rita hasta los 7 años.

“Ese era como el soundtrack de mi tarea, cuatro horas, cinco horas, de esa vaina”, explicó, riendo entre dientes.

El cancionero es impresionista y esculpe en configuraciones abstractas el gagá dominicano, la copla española, el son cubano y otros géneros. Incluso hay un merengue experimental inspirado en las bandas sonoras de Danny Elfman para las películas de Tim Burton, y un número country satírico en inglés que aborda la brutalidad de las dictaduras latinoamericanas. Indiana irrumpe en el coro de la canción, adoptando un acento sureño: “He’s our strong man, he’s our puppet, he’s our pawn / You should see how he trips / Over our banana splits / When we choose his killers from among his own”. (“Es nuestro caudillo, nuestra marioneta, nuestro peón / Deberías ver cómo se tropieza / sobre nuestros banana splits / Cuando elegimos a sus asesinos entre los suyos”).

La temeridad de Indiana ayudó a inspirar a la artista dominicana La Marimba a fusionar y jugar con géneros dispares, a no tener miedo de “tener una identidad propia y mostrarla”. Calificó a Indiana como una figura clave en un movimiento de músicos dominicanos que adaptaron las tradiciones populares del país para el momento contemporáneo.

Una generación de jóvenes escritores dominicanos también identifica a Indiana como su norte. Johan Mijail, quien apareció en una antología de literatura dominicana contemporánea de 2018 que editó Indiana, dijo que las novelas de Indiana permitieron que la propia escritura de Mijail “ofrecer una mirada de Santo Domingo y sus periferias, donde la música, la cultura popular y lo urbano podrían tomarse como un horizonte posible para hacer aflorar la diversidad sexual”.

Con Tu nombre verdadero ya listo, Indiana también está trabajando en sus libros. “Escribí un novela el año pasado que está en una gaveta ahora”, dijo, y la describió como una “novela de horror” que revisará más adelante. Otro libro, ambientado en Puerto Rico y relacionado con la Guerra de Vietnam, saldrá este año.

Sin importar el medio, el trabajo de Indiana se nutre de un interrogatorio interminable. Indiana señaló que ese compromiso con el escrutinio —tanto de uno mismo como de la comunidad— se basa en su realidad vivida. “Como persona queer”, dijo, “cuestionaré mi identidad hasta que me muera”. “En ese estado de tránsito entre una cosa y otra permanente”, agregó, “¿cuál es mi nombre real?”.

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